viernes, 26 de agosto de 2011

Lerner y el Derecho a la Salud


El Presidente del Consejo de Ministros ha sido claro: construir las bases del Sistema Nacional de Salud (SNS) para el ejercicio del derecho a la salud. Desde esa entrada, la orientación de la salud pública en el país tiene la posibilidad remontar una realidad excluyente que afecta a toda la población. La Construcción de este SNS, implica por un lado dejar atrás las distinciones en cobertura basadas en la condición económica, que han hecho que el SIS se constituya como un seguro para pobres; y por otro lado transitar hacia una articulación e integración efectiva de los prestadores de salud en el país (sean públicos privados o mixtos).

Acceso universal, no AUS

En ese contexto, es relevante que Lerner no se haya referido al aseguramiento universal, sino al acceso universal a salud, cosas que pueden sonar similar pero son muy distintas. Contar con un seguro de salud no garantiza en el Perú tener acceso a atenciones oportunas, integrales y financiadas, sino que básicamente contribuye a alimentar la estadística de asegurados. Lograr un acceso universal e integral a salud implica la atención y el financiamiento de ésta cuando se requiera, desde la responsabilidad del Estado, como organizador, articulador y promotor.

Otro aspecto relevante es el compromiso de iniciar la atención de las enfermedades crónicas y de algunas de las enfermedades de alto costo. Ello porque nuestro sistema ha estado dirigido sobre todo a las atenciones de las enfermedades de la capa simple, pero nuestro perfil epidemiológico ha variado en los últimos años y ahora las crónicas significan gastos inmanejables para las familias.

Por fin el alto costo

En relación a las enfermedades de alto costo, se iniciará la cobertura de al menos cinco cánceres: cuello uterino, mama, estómago, próstata y colon. Según los estudios realizados por el Fondo Intangible Solidario en Salud, la atención integral de estos cánceres para toda los casos que se presenten en la población pobre afiliada al SIS (12 millones de personas) asciende a 51 millones de soles; monto que, en la lógica de inclusión social, es absolutamente manejable para aminorar los dramas sociales en salud.

El compromiso de construir un hospital en cada provincia en la que no los haya, se relaciona con la fuerte inversión en infraestructura que desarrolló la gestión de Oscar Ugarte, que siendo relevante, aún no ha sido suficiente para acercarnos a cerrar esta brecha.

Omisiones sanitarias

Lamentablemente no se mencionó nada acerca de los trabajadores de salud, que mantienen una agenda pendiente en relación a mejores condiciones laborales y a elevación de sueldos; en este tema se omitió también la necesaria coordinación con los formadores de profesionales y técnicos de la salud que cada año “botan” al mercado miles de jóvenes que en muchos casos no tienen los perfiles que el sistema requiere.

La referencia al acceso universal y gratuito a medicamentos esenciales es tibia en relación con oportuna campaña que en el último año se ha desarrollado para garantizar el acceso a medicamentos genéricos, que muchas veces son condicionados por los intereses de la industria.

La mención al fortalecimiento al primer nivel de atención es vaga, ya que no observan se medidas que vayan en la dirección de aligerar el sufrimiento que debemos soportar los usuarios de los servicios en los hospitales del MINSA y de EsSalud. Ese primer nivel es clave para acercar a la población a una cultura de prevención y promoción de la salud y recuperar la confianza perdida entre la ciudadanía y los responsables de la salud.

La hora de EsSalud:

En relación a EsSalud, el discurso no brindó ninguna orientación clara para mejorar las atenciones y hacer efectivo un sistema por el millones de peruanos pagamos cada fin de mes, y que no tiene estándares de eficacia (sólo 35% de los asegurados logra una atención cuando la requiere.). Es necesario establecer que EsSalud debe incorporarse decididamente a la construcción del Sistema Nacional de Salud en el horizonte de un fondo común para la atención de la salud. La auditoria internacional a la gestión de Barrios y Ortiga, se cae de madura, por lo que se esperan los resultados de esa investigación en un tiempo razonable.

INEN: Otro gesto clave sería alejar de una vez y por todas a Vallejos del INEN, la salud no admite reyes, y en el país existe un rey del cáncer.

Alexandro Saco

martes, 9 de agosto de 2011

Roy Gates, las otras agendas


En las decisiones de su absoluta competencia sí es necesario exigirle coherencia entre el discurso y la práctica.

Resulta por lo menos contradictorio que un Presidente que sustentó su campaña en la lucha frontal contra la corrupción de los anteriores gobiernos, opte por designar como su asesor legal al abogado del procesado por el caso más saltante de corrupción del gobierno de Alan García. Y si a ese dato se le suma que Roy Gates ha sido abogado de los intereses de Cataño y de los Sánchez Paredes (los dos “presuntos” narcotraficantes más importantes del país en la actualidad), pues el panorama de la lucha anticorrupción y anti narcotráfico se desdibuja.

De hecho existe toda la intensión de ciertos sectores de infiltrar al gobierno de diversos modos, pero más allá de las explicaciones del Presidente del Consejo de Ministros sobre Roy Gates y sus supuestas capacidades, el hecho refleja o una desconexión grave con el ánimo nacional o una guardia baja por la que se están colando al gobierno personajes con agendas identificadas. Porque si el Presidente se apoya (más allá de su amistad con el referido) en el abogado defensor de los “presuntos” más grandes narcos del país, y a eso se suma el ofrecimiento de uno de ellos de poner sus aviones a disposición para la línea aérea de bandera, pareciera que algunos tienen las intenciones claras.

Cataño, Lourdes, Roy

Algunos cuestionamos que Lourdes Flores haya trabajado para Cataño, y sostuvimos que dirigir la empresa de un “presunto” narcotraficante hería de muerte su postulación a la alcaldía de Lima y en general cuestionaba toda su carrera política; lamentablemente ella nunca asumió su error. Pues ahora mayor la necesidad de que el Presidente asuma el error y separe a este abogado de un cargo tan cercano a las decisiones más importantes. Y es que a ese nivel no hay posibilidad de separar el ser del parecer; o se está del lado de la lucha contra la corrupción o se crea un limbo en el que el también abogado de aquellos que rifaron los lotes del gas, entra por la puerta grande al juego político nacional.

Las paradojas no terminan ahí, sino que involucran otro de los temas bandera de Ollanta en estos últimos seis años: el gas y los recursos naturales. Si ya se habían sembrado ciertas dudas sobre la convicción del gobernante para manejar el destino de los recursos naturales, lo de Roy Gates nuevamente contribuye relativizar esa voluntad. Se dirá que un abogado es libre de defender a quien desee, lo cual es cierto en sus relaciones privadas; pero una vez en lo público lamentablemente lo privado es antecedente, mácula o virtud. Y desde donde se le mire, es totalmente inadecuado que un abogado de lobistas de recursos naturales le hable a la oreja al presidente de nuestro país.

El que no quiera ver

Diera la sensación de que algunos optan por limitar el alcance de la designación de Roy Gates. Acaso en los políticos se pueda entender esa opción por la opacidad ya que sus intereses entran en juego. Pero desde otros frentes, incisivos ante la mínima sospecha de las cuchipandas de la derecha, parece incoherente que hoy se opte por pasar el tema por agua tibia. Se argumentará que el interés mayor es el “proceso de transformación” que se inicia y que no es conveniente afectar la gobernabilidad de Ollanta haciéndole el juego a la derecha; nada más alejado de un cambio que obviar lo urgente. Al contrario, el mejor favor para fortalecer a Ollanta, es mostrarle sus inconsistencias.

Asumo que todos los que apoyamos a Ollanta desde distintos lugares y acciones, lo hicimos porque confiamos en que su empuje se trasladaría así de fuerte a las decisiones clave en los temas difíciles, y también evitaríamos el retorno del fujimorismo y cuestionaríamos el orden económico actual (al menos eso se suponía). Si bien es cierto que las mafias de todo tipo son demasiado hábiles para infiltrase en los predios del Estado, es necesario que el Presidente recupere el ánimo con el que ganó el poder.

El reacomodo de las fuerzas políticas y de los actores de diverso orden de hecho es complejo y el gobernante no puede tener mil ojos y oídos, pero al menos en las decisiones de su absoluta competencia sí es necesario exigirle coherencia entre el discurso y la práctica. Ollanta ya ha demostrado que sabe escuchar y cambiar decisiones, por lo que en este caso ese debiera seguir el mismo camino, para luego designar a un jurista (no a un abogado) sin cuestionamientos como su asesor legal.

Alexandro Saco
8 8 2011